Museo Marítimo

Foto superior: Susan Hortas

 

El Museo Marítimo cuenta con uno de los principales acervos de arqueología submarina y de historia marítima de Brasil. Al sonido de antiguos cantos de marineros, los visitantes presencian simulación de disparos de cañón, contemplan modelos de pirata e capitanes, y aprecian reliquias rescatadas de embarcaciones de los siglos XVIII y XIX, incluso de barcos pirata y del Titanic.

La entrada del museo, inaugurado en diciembre de 2005, está ornada con banderas de barcos y un muñeco de pirata en tamaño real. En el equipo, hay maquetas de célebres embarcaciones, colección de medallas de diversas nacionalidades  y 25 pinturas al óleo sobre lienzo de autoría de Carlos Alfredo Hablitzel, que retratan importantes episodios navales brasileños y extranjeros, entre ellos el de la primera batalla naval en la bahía de Santos, en 1580.

Titanic

Un pedazo de carbón utilizado para mover el Titanic es uno de los destaques del espacio reservado a ese barco, que naufragó en 1912, en su viaje inaugural, matando a más de 1.500 personas. Eso porque sólo la empresa Titanic Incorporation posee los derechos judiciales de explotar comercialmente el barco y el único artículo que se puede vender al público es el carbón que abastecía las calderas. Halladas cerca de los destrozos del barco, alrededor de 3.800 metros de profundidad, grandes piedras de carbón fueron recuperadas en una expedición en 1994, en el Atlántico Norte, cercano a la costa canadiense. El espacio aun posee una maqueta de la embarcación; carteles; una bandera de Inglaterra, donde el barco fue construido; brújulas y timón semejantes a los de la época.

 

Foto: Susan Hortas

Príncipe de Asturias

También están expuestos cuadro y varios objetos del transatlántico español Príncipe de Asturias, que se fue a pique en Ilhabela (São Paulo) el 6 de marzo de 1916, en el mayor naufragio de la costa brasileña. Hay piezas de la embarcación, cubiertos y bandejas, una luminaria y botellas de whisky. El barco se dirigía hacia Santos y se hundió en menos de 10 minutos, matando a 445 personas - 143 sobrevivieron. Hay también antiguos equipos de buceo, tal como una escafandra inglesa Siebe Gormam, utilizada en 1950 en el rescate de piezas de un barco pirata francés naufragado en Paranaguá (Paraná), en 1718. El antiguo equipo de buceo fue fabricado en 1910 y tiene más de 100 kilos - sólo el casco pesa 7 kilos y cada bota, 12 kilos.

 

Foto: Susan Hortas

Megalodón

Aquellos que lo deseen, pueden aprender a hacer el nudo ‘as de guía’, el principal de la marinería, y posar para fotos con sombreros y espadas de piratas, e incluso al lado de la réplica de la mandíbula del megalodón, tiburón prehistórico extinto hace 30 millones de años.

 

Foto: Francisco Arrais

Diario de Gorch Fock

En el piso superior del museo hay un diario del tripulante Gorch Fock, hallado en un barco alemán que transportaba nazis en 1939.

 

Foto: Francisco Arrais

Acervos bibliográfico y documental

Destaque también para los acervos bibliográfico y documental del museo, con cerca de mil libros concernientes a las historias marítima y naval; 3.000 postales de compañías de navegación; 1.300 registros de naufragios en la costa brasileña y hemeroteca.

 

Foto: Francisco Arrais

Medallas

Otra atracción del Museo Marítimo es la colección de medallas conmemorativas de la Armada de Brasil y de otros países del exterior, además de boyas de vidrio confeccionadas con tubos de bambú, en Japón, hace más de 50 años.

 

Foto: Francisco Arrais

Inmueble

El inmueble donde se encuentra el museo alude a una antigua casa de pescador y a la propia tradición caiçara(habitante del litoral de las regiones sudeste y sur de Brasil). Posee sólidas estructuras de maderas labradas a mano, representando una arquitectura similar a las construcciones de la costa norte de la Provincia de São Paulo.

 

Foto: Francisco Arrais