Colina de Santa Catalina

Foto superior: Tadeu Nascimento

  

La Colina de Santa Catalina es el marco de la fundación de Santos – saber o lugar exacto de su formación es un privilegio de pocas ciudades del mundo. Ese pequeño monte lleva el nombre de la capilla que existió en la falda de ese pequeño monte, construida en 1532.

   

En 1591, el pirata inglés Thomas Cavendish saqueó el poblado, destruyó la capilla y echó en el mar la imagen de Santa Catalina de Alejandría. Después de 72 años, durante una pesquería con red, esclavos jesuitas retiraron, casualmente, la imagen del agua.

   

Junto a la capilla, fue instalada, en 1543, la primera Santa Casa de Misericordia de Brasil. Durante años, la colina concedió piedras para la pavimentación de las calles y la ampliación del puerto.

 

Mario Gruber

Contemplada desde lejos, parece una pintura abstracta. Sin embargo, de cerca, los aparentes borrones son, en realidad, el dibujo de rostros estilizados, de tamaños variados, cubriendo cada uno de los 1.452 azulejos del muro de 48m de extensión y 4,8m de altura. El mural de 230m² del artista plástico santista Mário Gruber representa la identificación de conocidos en medio de la multitud.
      
Pintadas artesanalmente, las piezas en gres blanco y negro homenajean al escritor, dramaturgo y poeta Clay Gama de Carvalho, que se hizo anónimo cuando el gobierno militar aprehendió el manuscrito de su obra ‘Literatura americana en el exilio’. El misma arte participó de una exposición en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por la democratización del África del Sur.

  

Foto: Marcelo Martins