Foto superior: Francisco Arrais
Con una extensa colección de biología marina de Latinoamérica, posee la mayor colección de tiburones disecados del país, incluyendo el embrión de un ejemplar con dos cabezas y dientes fosilizados de un megalodón, un animal prehistórico extinto hace 30 millones de años.
También exhibe un tiburón ballena; un pez luna, el pez óseo más grande del mundo; aves marinas y conchas que pesan más de 100 kilos. Gran parte de la colección proviene del extranjero.
El Museo Marítimo cuenta con una de las principales colecciones de arqueología subacuática e historia marítima de Brasil. Al son de antiguas canciones marineras, los visitantes presencian simulacros de cañonazos, contemplan maquetas de piratas y capitanes, y aprecian reliquias recuperadas de embarcaciones de los siglos XVIII y XIX, incluyendo barcos piratas y el Titanic.
La entrada al museo, inaugurado en diciembre de 2005, está adornada con banderas de barcos y una figura pirata a tamaño natural. En su interior, se exhiben maquetas de embarcaciones famosas, una colección de medallas de diversas nacionalidades y 25 óleos sobre lienzo de Carlos Alfredo Hablitzel, que representan importantes episodios navales brasileños y extranjeros, incluyendo la primera batalla naval en la bahía de Santos en 1580.
Acuarios
En uno de los acuarios del museo se pueden observar peces payaso, cirujanos azules y cirujanos amarillos, que aparecen en la película "Buscando a Nemo", así como esponjas y crustáceos que inspiraron la serie animada "Bob Esponja".
Foto: Susan Hortas
Albatros
Con una envergadura de tres metros, el albatros errante es considerado el ave marina más grande del mundo. Originario del Atlántico Sur, esta especie se encuentra en peligro de extinción: de las 21 especies existentes, 19 están amenazadas.
Foto: Francisco Arrais
Pez luna
El pez luna, el pez óseo más grande del mundo, con 1,60 metros de longitud y 254 kilogramos de peso, también está en exhibición. Esta especie circular, que puede alcanzar los seis metros de longitud y pesar 900 kilogramos, se encuentra en las zonas templadas y cálidas de los océanos Atlántico y Pacífico.
Foto: Francisco Arrais
Concha Gigante
Entre las más de 21.000 conchas marinas expuestas, destacan dos ejemplares gigantes de la especie Tridacna gigas, considerada la más grande del mundo. Uno de ellos, procedente de Filipinas, mide un metro de diámetro y pesa 148 kilogramos.
Foto: Antonio Vargas
Tiburón Enano
El ejemplar más pequeño de la especie es el tiburón enano, con tan solo 24 centímetros de longitud. Posee un vientre bioluminiscente, lo que le permite brillar en la oscuridad, y es el único tiburón que posee una espina puntiaguda en la parte anterior de su primera aleta dorsal.
Foto: Francisco Arrais
Tiburón Ballena
El tiburón ballena más grande de su especie, el del Museo del Mar, mide seis metros de largo y pesa más de una tonelada; es el único ejemplar en exhibición en Sudamérica. El museo alberga el 40% de todas las especies de tiburones del mundo.
Foto: Marcelo Martins
Actividades
El Museo del Mar, institución cultural privada inaugurada en 1984, también ofrece cursos de buceo libre y autónomo amateur, así como taxidermia especializada en el embalsamamiento de peces y crustáceos.
Foto: Antonio Vargas
Titanic
Un trozo de carbón utilizado para propulsar el Titanic es uno de los elementos más destacados del espacio dedicado a este barco, que se hundió en 1912 durante su viaje inaugural, causando la muerte de más de 1500 personas. Esto se debe a que solo la empresa Titanic Incorporation tiene los derechos legales para explotar comercialmente el barco, y el único artículo que puede venderse al público es el carbón que alimentaba las calderas.
Encontrados cerca de los restos del naufragio, a una profundidad de unos 3800 metros, se recuperaron grandes trozos de carbón en una expedición de 1994 en el Atlántico Norte, frente a la costa canadiense. El espacio también cuenta con una maqueta del buque; carteles; una bandera de Inglaterra, donde se construyó; brújulas y un timón similares a los de la época.
Foto: Susan Hortas
Príncipe de Asturias
También se exhiben pinturas y diversos objetos del transatlántico español Príncipe de Asturias, que se hundió frente a Ilhabela (São Paulo) el 6 de marzo de 1916, en el mayor naufragio de la costa brasileña. Se conservan fragmentos del navío, cubiertos y bandejas, una lámpara y botellas de whisky. El barco se dirigía a Santos y se hundió en menos de 10 minutos, matando a 445 personas, de las cuales 143 sobrevivieron.
También se exhibe equipo de buceo antiguo, como un traje de buceo inglés Siebe Gorman, utilizado en 1950 para rescatar las piezas de un barco pirata francés que se hundió frente a Paranaguá (Paraná) en 1718. El equipo de buceo antiguo se fabricó en 1910 y pesa más de 100 kilos: solo el casco pesa 7 kilos y cada escarpín, 12 kilos.
Foto: Susan Hortas
Megalodón
Quienes estén interesados pueden aprender a hacer el nudo de bolina, el nudo más importante en la marinería, y posar para fotos con sombreros y espadas piratas, e incluso junto a una réplica de la mandíbula del megalodón, un tiburón prehistórico extinto hace 30 millones de años.
Foto: Francisco Arrais
Diario de Gorch Fock
En la planta superior del museo se encuentra el diario del tripulante Gorch Fock, hallado en un barco alemán que transportaba nazis en 1939.
Foto: Francisco Arrais
Colecciones Bibliográficas y Documentales
También cabe destacar las colecciones bibliográficas y documentales del museo, con aproximadamente mil libros relacionados con la historia marítima y naval; 3.000 postales de compañías navieras; 1.300 registros de naufragios en la costa brasileña; y una hemeroteca.
Foto: Francisco Arrais
Medallas
Otro atractivo del Museo Marítimo es la colección de medallas conmemorativas de la Marina de Brasil y de otros países, así como boyas de vidrio fabricadas con paja de bambú en Japón hace más de 50 años.
Foto: Francisco Arrais
Propiedad
La propiedad donde se ubica el museo evoca una antigua casa de pescadores y la tradición del pueblo Caiçara. Cuenta con sólidas estructuras de madera tallada a mano, presentando una arquitectura similar a las construcciones de la costa norte del estado de São Paulo.
Foto: Francisco Arrais